domingo, 20 de diciembre de 2009

A sus pies...Maestro.


Con cierto semblante avejentado, se erige majestuosa, la dueña y señora de la ciudad condal.

Cimentada sobre la base de la capital, consigue abrirse hueco entre los innumerables rascacielos y aeroplanos que asolan sin piedad el azulado cielo catalán...El asombro se pone de manifiesto en forma de gritos de admiración e incesantes flashes provenientes en su mayoría de turistas fotográficamente inexpertos.

…El tiempo se detiene, el bello y esperado sonido del silencio no se hace esperar, el cerebro se colapsa ante tanta grandeza…

Salgo del templo, y en un entrecortado suspiro sólo alcanzo a pronunciar:

A sus pies…maestro Gaudí.

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