Agárrate fuerte cuando las paredes se inunden. Que las tormentas siguen sin hablar el idioma de las mareas. Abre las ventanas y apaga la luz. Apresúrate para sobrevivir al aguacero. Abraza el salvavidas y cierra con llave. Respira al abrigo y deja que las piedras te cuenten mañana si temporal y calma firmaron su tregua.
Mejor sálvate tú que yo siempre he sido más de ahogarme en ti.
G.