Sonámbula. Me dirijo al laberinto.
Con los bolsillos mojados y las cremalleras despeinadas. Excusando las
sacudidas con descargas de liberación. Sorteando a las baldosas en su inesperado
asalto. El paseo se me antoja infinito,
pero creo que daré otro rodeo. Llevo el
paraguas abierto. Aunque, a estas alturas, la lluvia apenas me importa. Sólo quiero atraer a tus relámpagos.
G.
Me dejas tonta con tus palabras.
ResponderEliminarA mí solo me hace quererte cada día más y más.
ResponderEliminarSin palabras, la verdad. Tus textos me maravillan.
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