Volar no requiere gran esfuerzo.
Patinar sobre la nube es tarea sencilla. Basta con invertir unos pocos
segundos, mirada tapiada al horizonte. Abatir
las pestañas. Creerse pluma. Y la sensación florecerá espontánea y sinuosa. Sinuosidad
de deslizarse sensualmente sobre un pliego de viento. De sumergirse en el
ondeante navío de la fluidez. De hilvanar a pinceladas un punto baldío en el
infinito.
Es fácil, ¿no crees? Ahora inténtalo tú.
G.
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