martes, 15 de mayo de 2012



Volar no requiere gran esfuerzo. Patinar sobre la nube es tarea sencilla. Basta con invertir unos pocos segundos, mirada tapiada al horizonte. Abatir las pestañas. Creerse pluma. Y la sensación florecerá espontánea y sinuosa. Sinuosidad de deslizarse sensualmente sobre un pliego de viento. De sumergirse en el ondeante navío de la fluidez. De hilvanar a pinceladas un punto baldío en el infinito.
Es fácil, ¿no crees? Ahora inténtalo tú. 

G.

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