lunes, 21 de mayo de 2012


Aún huelo a café caliente, derramado en cafeterías con nombre de persona. Y respiro aquel atardecer abandonado a la somnolencia de una oscuridad advertida. Y verifico cada paso que me abandonaba a una frondosa paz, entre hierba y rocío.  Y replico hasta la saciedad la banda sonora que compartía nuestras noches de tormenta. Y que comparte. 
Así me gusta. Que prometas que no volveremos a perder el tiempo.

G. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario