Quiero un astrolabio. Para hilvanar
asteriscos desiertos. Para encontrar tu estrella y aferrarme cual imán. Acurrucada.
Abrigada bajo su halo. Y una vez allí, en la armonía de su regazo, trazaré esbozos suspendidos.
Acariciaré la ingravidez de tu esfera de la nada.
G.
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