La nostalgia asedia mi esencia y me anula por completo. Irrumpe y desconcierta mi ilusoria serenidad bajo una excusa tintada de melodiosos acordes. Una voz sentimental y delicada ha despertado al rio de lacrimoso cauce. No puedo evitar me lleve la corriente. Y pensándolo mejor, prefiero eludir esa infundada responsabilidad y dejar que me arrastre hacia su salida al mar. Lo necesito.
Abrazada a la almohada. Fruto de mi habitual desvelo. Aquellos denostados ojos que hoy actuaron al compás de la melodía, reivindican un merecido descanso.
Un bostezo. Mañana será otro día.
G.
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